Literatura Extranjera
ISBN: 978-987-2389-27-7
Páginas: 452

Roxana
La amante afortunada
Daniel Defoe

Después de haberse llenado los bolsillos de bizcochos en el párrafo anterior, Robinson Crusoe comienza a nadar desnudo hasta el lugar en el que ocurrió el naufragio. Un lector atento detectó esta irregularidad, que resultaría menos alarmante si se tratara de otro libro, porque Daniel Defoe comparte con pocos la condición de precursor o pionero de la novela realista.

La continuidad –o el continuismo– afecta a la realidad más que al arte. Cuando Defoe terminó de escribir Robinson Crusoe, ignoraba por completo que era un artista. Acaso lo supiera ya cuando escribió Roxana, su última novela.

Escritor de convicción religiosa y luego política, Defoe se abrió paso desnudo hasta los lugares donde la literatura naufragaba sin olvidarse jamás de llevar una buena provisión de bizcochos en los bolsillos del párrafo anterior.

Aunque los tres títulos asiduos de Defoe son Robinson Crusoe, Diario del año de la peste y Moll Flanders, los conocedores de sus libros no dudan en señalar Roxana, que cuenta con voluptuosa severidad la vida de una prostituta, como su obra cumbre. La moral de Defoe, instrumento de su voluntad y sus creencias, deja ya que despunte una implacable, venturosa compasión. No es producto del sentimentalismo –rara vez lo es en un genio– sino de una actitud transformadora y moderna.

Roxana, novela importantísima y relegada, se ofrece traducida al español por primera vez.
Luis Chitarroni

Daniel Defoe (Londres, 1660-1731), hijo de un fabricante de sebo llamado James Foe, adoptó a los treinta y cinco años el apellido con el que se lo conoce hoy. Se educó para ser ministro presbiteriano, pero en su juventud prefirió establecerse como comerciante de bienes. Hizo fortuna y la perdió en varias oportunidades. Fue agente secreto, propagandista y un activo participante de la vida política británica. Publicó su primer escrito político en 1683. En 1704 fundó el periódico The Review, que dirigió durante casi diez años y por el que se lo considera uno de los pioneros de la prensa gráfica moderna. Autor muy prolífico, escribió libros, poemas satíricos, panfletos y opúsculos sobre temas variados, como economía, educación, derecho y filosofía, antes de convertirse en el padre de la novela británica. A los cincuenta y nueve años comenzó a escribir su primera obra de ficción: Robinson Crusoe. La siguieron, entre otras, las novelas Diario del año de la peste (1722), Moll Flanders (1722) y Roxana (1724).