Colección Extranjera
ISBN: 978-987-1739-86-8
Páginas: 272
Traducción Ernesto Montequin

La colmena de cristal
P.M. Hubbard

Una joya de cristalería captura la atención de Johnnie Slade, fanático coleccionista. Se trata de una tazza del siglo XVI, obra del veneciano Giacomo Verzelini, especie de grial de valor incalculable. “El milagro de su supervivencia casi supera el milagro de su creación”. Johnnie se entera de la existencia de esta pieza en una revista y el hallazgo pronto se transforma en una obsesión. No solo lo domina el deseo de poseer sino también el de asegurarse de que nadie más tendrá lo que él desea. Cuando en una casa de subastas conoce a Claudia, una contendiente irresistible, Slade encuentra una nueva pasión: la lujuria por el cristal competirá con su amor hacia esta femme fatale.
 
Un moldeado magistral comanda la ejecución de una trama de silenciosa eficacia donde hasta el acto más sencillo parece investido de un sentido siniestro. Los detalles que se registran no son los que constituyen una pista; se acumulan a menudo otros pormenores que tienen una relación directa o indirecta con la historia del arte. Ese tejido asombroso y perfecto tiene menos la función de confundir al lector que el de incentivar la percepción. Con sutil ingenio, P.M. Hubbard se va aproximando a esa invisible y expectante deidad que es el objeto mismo del deseo: la frágil colmena de cristal. Bienvenidos a esta novela deslumbrante.
 


Philip Maitland Hubbard nació el 9 de noviembre de 1910. Estudió en Oxford, en el Jesus College, ganó el premio Newdigate de poesía, sirvió a su patria en la India, se dedicó un largo tiempo y en distintas empresas a los negocios y se casó, tuvo tres hijos, se retiró –a la costa, a la campiña– y escribió más de diez novelas en las que están presentes el misterio y la obsesión.
Murió el 17 de marzo de 1980. Tras los datos en apariencia triviales de la biografía se oculta, como tras la de otros fenómenos de la literatura inglesa –Edward Thomas, por ejemplo–, una secreta y reservada potencia, que lo ayudó a escribir, en un período relativamente corto (de 1963 a 1977), novelas temáticamente muy distintas. Entre ellas, se destacan Flush as May (1963), The Holm Oaks (1966), High Tide (1971), The Dancing Man (1971) y The Causeway (1976).